jueves, 1 de octubre de 2009

PRECAUCIONES

El flúor y el HF deben ser manejados con gran cuidado y se debe evitar totalmente cualquier contacto con la piel o con los ojos. El HF anhidro hierve a 19 °C y es capaz de destruir un cadáver, incluyendo sus huesos, sus vapores son muy irritantes y tóxicos, sus descubridores murieron por su acción. Nunca ha de mezclarse con metales alcalinos ni con amoniaco. En presencia de SbF5, se convierte en un superácido (el HF anhidro). La capacidad de protonación es tan grande que oxida a metales como el cobre y protona al metano etc. Tanto el flúor como los iones fluoruro son altamente tóxicos.
El flúor presenta un característico olor acre y es detectable en unas concentraciones tan bajas como 0,02 ppm, por debajo de los límites de exposición recomendados en el trabajo.

El flúor es un mineral imprescindible para la salud dental y de los huesos. Ya hace muchos años en EEUU se añade al agua potable, ya que esta medida hace que se reduzcan los casos de caries, sobre todo en niños. En muchos países europeos se han tomado medidas similares.
Con este aumento de las dosis de flúor ingeridas se consigue que el esmalte dental sea más resistente al ataque bacteriano y además se fortalece la matriz ósea, aumentando la densidad del hueso.

La OMS ha declarado que el flúor es el único tratamiento preventivo eficaz en la prevención de la caries infantil. El agua flourada, por tanto, es la mejor forma de ingerir este mineral, aunque hay algunos alimentos ricos en flúor como el té negro, el pescado y el marisco.

No obstante sus indudables ventajas, el exceso de ingesta puede producir una enfermedad llamado fluorosis, ya que las cantidades necesarias para el organismo son mínimas y enseguida se pueden alcanzar dosis tóxicas, aunque es improbable con las dosis que se manejan en la fluoración de las aguas potables.

Ya en los años 50 Suiza empezó a añadir flúor a la sal de mesa, consiguiendo muy buenos resultados en la prevención de las caries infantiles. Otras alternativas son el uso de pastas de dientes y enjuagues bucales fluorados, e incluso suplementos como gotas o comprimidos en edades tempranas, hasta los 16 años.

Las cantidades deficitarias o excesivas de flúor tienen repercusiones negativas para la salud. Si el consumo es excesivo y supera los 0,1mg por kilo de peso corporal, se puede desarrollar fluorosis, que se manifiesta con la aparición de manchas en los dientes, aumento de la densidad ósea y alteraciones neurológicas en los casos más graves. Por ejemplo, según los expertos, en China, más de 26 millones de personas padecen fluorosis dental debido a las altas concentraciones de fluoruro en el agua de bebida, y más de un millón de casos de fluorosis ósea se pueden atribuir al agua ingerida.

Por el contrario, un consumo demasiado bajo influye de modo negativo tanto en la prevención de la caries como en el proceso de endurecimiento del hueso. El flúor es, por tanto, uno de los pocos oligoelementos que presenta dosis de efectos beneficiosos y tóxicos no demasiado alejados.

El flúor debe administrarse con precaución ante la prevalencia de fluorosis dental en la población local. No deben administrarse dosis superiores a las aconsejadas, pues el uso prolongado de dosis altas puede ocasionar fluorosis dental o producir veteados en los dientes. Con el objeto de prevenir accidentes por sobredosis, el envase de Ostelin F contiene una cantidad de flúor menor que el máximo recomendado para administrar en una sola dosis.

La vitamina A debe administrarse con precaución en: alcoholismo crónico, cirrosis, insuficiencia hepática, hepatitis viral e insuficiencia renal crónica. Por su contenido en vitamina C administrar con precaución en: diabetes mellitus, deficiencia de glucosa-6-fosfato dehidrogenasa, hemocromatosis, anemia sideroblástica, talasemia, hiperoxaluria, oxalosis, antecedentes de litiasis renal. Por su contenido en Vitamina D debe considerarse la relación riesgo-beneficio en: ateroesclerosis, trastornos de la función cardíaca, hiperfosfatemia, deterioro en la función renal, sarcoidosis y otros trastornos posiblemente granulomatosos. Es un riesgo para la salud interrumpir el tratamiento o modificar la dosis indicada por el médico sin consultarlo.

No debe administrarse en pacientes bajo tratamiento con disulfiram. Embarazo: salvo precisa indicación del médico no debe utilizarse ningún medicamento durante el embarazo.

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